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Incongruencias nutricionales

Es posible que muchos tengáis una opinión diferente y siento ser tan directa pero NO SABEMOS COMER DE FORMA SALUDABLE aunque queramos o presumamos de ello. Como se dice aquí en el sur tenemos la pisha hecha un lío. El batiburrillo de mensajes que recibimos desde todos los flancos posibles hacen que nuestro discurso no haya por dónde cogerlo, desde un punto de vista saludable, claro.

Presentación de PowerPoint

Diariamente se produce una mezcla explosiva:

  • La publicidad en radio y televisión de productos enriquecidos y superfluos que supuestamente llevan todo aquello que necesitamos con un claro interés económico de quien lo promociona. Además como ya hemos comentado en otras ocasiones utilizan todas las armas que están a su alcance (famosos, dibujos animados, etc).
  • Los sellos y avales de sociedades científicas y organizaciones (Asociación Española de Pediatría, SEN, SEDCA, etc) que con sus “respaldos” hacen que la población piense que los productos que avalan son más saludables.
  • Falta de información desde las administraciones públicas (leyes sobre alimentación saludable, prohibiciones de venta de ciertos alimentos, canon a productos azucarados, inversión en publicidad, cumplimiento de la legislación vigente sobre etiquetado y publicidad, etc).
  • La información errónea que se transmite desde colegios u otros centros de enseñanza, por falta de conocimiento y de disponer de personal cualificado y formado.
  • Falta de unión entre profesionales de la nutrición y alimentación que defiendan un mismo mensaje, o diferentes corrientes con distintos mensajes (algunos contradictorios, lo que hace que la gente no sepa a quién o qué creer y finalmente no se lo tome en serio).
  • Profesionales del campo de la salud (médicos, farmacéuticos, enfermeros, nutricionistas, etc) influenciados, sesgados y/o no actualizados.
  • Métodos pseudocientíficos o productos milagrosos que prometen mucho en poco tiempo y con poco esfuerzo, en contraposición a la venta de productos no avalados científicamente por laboratorios independientes y con publicaciones dignas de tener en cuenta.
  • Recomendaciones y consejos de familiares, vecinos o amigos (o pseudoprofesionales) con el único aval del “a mí me funcionó”.
  • Carteles y mensajes en escaparates de farmacias, herboristerías y secciones dietéticas de supermercados u otros establecimientos, dirigidos a público específico (mujeres, niños, obesos, etc).

Todos estos mensajes los estamos recibiendo continuamente, mezclados entre sí y al mismo tiempo, tanto de profesionales como de amigos o familiares, y la mayoría sacados de contexto. Por la mañana nos enteramos que para tener suficiente omega 3 necesitamos tomar una pastillita, al mediodía un familiar nos ofrece un lácteo porque supuestamente estamos bajos de defensas,  la televisión nos dice que hay que tomar chocolate porque necesitas energía y “te lo mereces” después de un día duro, luego oyes que no debes de tomar tanto azúcar y 5 minutos después Ronaldinho te enseña las natillas; y cuando te acuestas e intentas poner orden a todo lo que has absorbido durante la jornada ya no sabes si el yogur era para el omega 3 o para el placer, las natillas eran por el calcio o si Ronaldinho era un buen defensa.

Y entre esta marabunta de mensajes, encontramos “cosas” que toma la población porque lo dice la tele:

  • Casei para aumentar las defensas.
  • Aquarius como recuperador isotónico.
  • Jalea Real para la memoria.
  • Cerveza 0,0 porque ahora es isotónica.
  • Puleva Omega-3 para el corazón.
  • Colágeno para las articulaciones.
  • Pediasure para no estar desnutrido (tanto en niños como adultos mayores).
  • Mantequilla para el crecimiento y el desarrollo del niño.
  • Danacol para bajar el colesterol.
  • Leche sin lactosa para sentirte más ligera.
  • Etcétera, etcétera.

Y otros “remedios” cuyo único aval es “la gente dice que…”:

  • Es bueno tomar el zumo de un limón en ayunas para depurar y desintoxicar tu cuerpo.
  • Una onza de chocolate negro ayuda a bajar la tensión.
  • Un kiwi en ayunas es perfecto para ir al baño.
  • Una copita de vino tinto es sana para el corazón.
  • La cerveza recupera después del ejercicio.
  • Etcétera, etcétera.

El problema que tiene tanto mensaje sin sentido y sin fundamento (como diría Arguiñano) es que no sólo evita que lleguen mensajes claros, sencillos y reales a la gente sino que les hace creer cosas inciertas, agarrarse a un clavo ardiendo y utilizar dichos mensajes para justificar su mala alimentación, pensando (y esto es lo peor de todo) que lo están haciendo por su salud y porque son productos más beneficiosos. Y es que es lo que escuchan a todas horas del día. Así, observo cómo come la gente allá por donde voy (y las justificaciones que hacen a sus elecciones alimentarias) y me encuentro con incongruencias nutricionales y alimentarias como éstas:

  • Ensalada para comer (que estoy a dieta) y de postre, un muffin.
  • Galletas sin azúcar (que engordan) con un batido comercial.
  • Whisky con CocaCola Zero (espero que sea por el sabor).
  • Leche desnatada (con lo malas que son las grasas) con miel y Cola Cao
  • Patatas fritas con kétchup light (que tiene menos calorías).
  • Donuts y café con edulcorante (para que no me suba el azúcar).
  • Café con leche sin lactosa (para sentirme más ligera) y tostada con mantequilla.
  • Menú burguer con patatas y bebida grandes pero la bebida light (que quiero perder peso).
  • Pan “integral” (que engorda menos) con embutido y zumo comercial.
  • Tomo yogur para la calidad ósea, pero llevo una vida sedentaria.
  • Como quinoa por el aporte de proteínas, pero si te lo tomas con un chuletón y un yogur de postre ¿de verdad necesitas proteínas?
  • La leche sin lactosa porque soy intolerante, pero no renuncio al jamón york de por las mañanas ni a las onzas de chocolate con leche de media tarde.

Además de todo esto, existen ciertos estereotipos nutricionales que están anclados en la población (no sé muy bien por qué; bueno sí, se llama industria alimentaria que machaca las 24 horas) y que en la mayoría de los casos carecen de evidencia. Por ejemplo, si necesitas hierro, lentejas. Si necesitas vitamina C, naranjas. Si necesitas calcio, leche. Si tienes sed, Coca Cola, y así un largo etcétera.

Por todo esto, me veo en la obligación de escribir una serie de posts para despejar algunas dudas y poner un poco de orden todo este batiburrillo de mensajes. Con el título de #NutritionTips, más algunas imágenes que sacaremos dentro de nuestra sección de vídeos intentaremos aclarar algunos conceptos básicos y enseñarte a ordenar todo lo que tienes en la cabeza. En un orden saludable.

Atentos a las próximas semanas.

Alimenta tu felicidad

Si tienes en tu cabeza más incongruencias nutricionales que se cometen a diario me las puedes dejar en los comentarios. Gracias.

4 comentarios en “Incongruencias nutricionales

  1. Me encantó!!! Espero más información

    1. Muchas gracias Rocío. Nos alegra que te guste!

      Saludos

  2. Ameno, directo y claro!!Si no os importa lo comparto en el facebook de la consutla. Un abrazo des de Barcelona. Soy la Núria del curso de Pisconutrición.

    1. Hola Nuria,

      Claro que puedes compartirlo!! Un fuerte abrazo desde el Sur!!

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