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‘Del tapeo a la enchilada’: La globalización alimentaria

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Hace unos años, mucho antes de que empezara mi carrera en Nutrición Humana y Dietética entré en un supermercado ‘Mercadona’ y me quedé perpleja por un nuevo alimento que no había visto jamás en la sección de frutas y verduras. En el cartel ponía yuca, pero jamás había oído hablar de ella ni la había probado. Años después me enteré de lo que era y lo más importante de dónde provenía ese tubérculo de aspecto no muy apetitoso: América del Sur.

globalización alimentaria nutrición salud yuca

Nunca nos hemos parado a pensar, ¿quién decide los productos que se venden en los supermercados? Y… ¿por qué? Comprobamos que no en todos los sitios se vende lo mismo ni de las mismas marcas y resulta que detrás de estas dos preguntas hay todo un equipo de profesionales trabajando muy duro. El mercado oferta lo que la población demanda y si volvemos unas líneas más arriba… ¿por qué ofertan yuca?, ¿acaso los españoles la demandamos o la consumimos?

Resulta que según el censo de 2010 elaborado por el Ministerio de Trabajo e Inmigración de España, Andalucía aparece como la tercera comunidad autónoma con un mayor número de extranjeros residentes,  por detrás de Cataluña y la capital del país, donde el 18% son de América del Sur. En la actualidad este porcentaje de inmigración está en aumento y más concretamente en Sevilla se concentra el doble de sudamericanos que de africanos, lo que ha repercutido en los hábitos alimentarios de la ciudad.

Vivimos en la era de la globalización, el mundo está en continua conexión, no sólo por internet y medios de comunicación sino también por los medios de transporte; barcos, trenes, camiones y por supuesto aviones que además de transportar turistas llevan productos completamente desconocidos por nosotros pero quizás básicos para otros. Esto se denomina globalización alimentaria que hace que el consumidor de un país encuentre fácilmente productos procedentes de otros países. Que un país esté más o menos globalizado en materia de alimentación  va a determinar los productos consumidos por los inmigrantes que lleguen y por la propia población autóctona de  la zona.

globalización alimentaria nutrición saludhttp://asgeco.org/index/?p=5001

Cadenas en España como pueden ser el grupo ‘Carrefour’, ‘Eroski’, ‘Auchan’ o ‘Mercadona’ ya comercializan nuevos alimentos que como la yuca o la cerveza cusqueña de Perú se podrían estar convirtiendo  en productos corrientes en nuestras cocinas. ¿Acaso no pasó eso hace unos cientos de años con la llegada de la patata y se interiorizó hasta tal punto que la tortilla de patata es un sello identificativo de España?

La alimentación no se puede entender sólo como una simple adquisición de nutrientes para poder llevar a cabo las funciones vitales, sino que  se concibe como un proceso lleno de significaciones que está determinado por la organización social de un colectivo (preferencias o aversiones, tabúes alimentarios o prohibiciones). La cultura será la que defina los productos que son o no comestibles. Por esta razón, muchos de los inmigrantes que vengan a España a vivir van a tener que privarse de ciertos alimentos típicos de su zona porque aquí no son aceptados como comestibles, como es el caso de los insectos o los perros.  No obstante, ¿quién sabe lo que comeremos dentro de unos años?

 globalización alimentaria nutrición saludAlimentación e inmigración. Universidad Complutense de Madrid. 2005.

Por otro lado, la globalización puede ser un arma de doble filo, llegando a desplazar el consumo de alimentos propios de la zona y sustituyéndolos por otros menos saludables. Es el caso de la Dieta Mediterránea y el FastFood (comida rápida), procedente principalmente de Estados Unidos, o de las cientos de cadenas de empresas donde todo sabe igual y se prepara de la misma forma (habitualmente rápido y con productos de baja calidad), estés en el país que estés. En este sentido, hemos de ser responsables y cuidadosos con los acontecimientos históricos que ocurren a nuestro alrededor. Nuestro cerebro está preparado para los nuevos sabores y de hecho probar nuevos alimentos enriquece nuestra cocina y probablemente (si sabes elegir bien) la variedad de nutrientes que percibimos. Lo cual no implica que debamos adquirir hábitos alimentarios inapropiados (y no me refiero a extraños o diferentes) venidos de otras culturas. La variedad alimentaria es una riqueza de la que debemos aprovecharnos: pon color y variedad en tu plato. Del tema de la soberanía alimentaria y el capitalismo ya hablaremos otro día…

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Gracias a estas reflexiones podemos concluir que el mercado cambia de forma paralela a la población y se adapta a las nuevas necesidades de las personas. El hecho de que las personas emigren y vayan a nuevos países provoca un cambio en la demanda y esto contribuye a la globalización alimentaria pudiendo provocar un cambio en el propio consumo de la población autóctona y una consecuente evolución de culturas alimentarias. Pero recuerda dos cosas: prueba nuevos productos y trata siempre de mantener aquella cultura gastronómica (propia o ajena) que favorezca una alimentación saludable.

Raquel Ramos Robles.
Estudiante de 4º de Grado Nutrición Humana y Dietética.

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