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¿Dónde debe comenzar la instauración de hábitos saludables en los más pequeños?

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Son muchas las familias que dejan esta responsabilidad en las manos de los comedores escolares, olvidando que el 90 por cien del trabajo a la hora de desarrollar buenos hábitos está en casa.

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Inscribir a un hijo a un “comedor” no debe realizarse con la esperanza de que:

–          Le enseñen a comer

–          Coma más variedad

–          Aprenda a comer sano

El comedor no obrará un milagro si en casa no se le enseñan unas pautas correctas y se  le ofrecen todo tipo de bollerías, patatas fritas o gominolas sin control. Instaurar hábitos saludables comienza con recibir un buen modelado por parte de familia; los más pequeños aprenden de los mayores y disponer en casa de fruta, verdura y comida variada saludable; así como hacerles partícipes de la elaboración de los platos son algunas de las cosas más importantes para que aprendan unas pautas adecuadas.

Por otro lado, si el almuerzo se realiza en el comedor quiere decir que vuestros hijos pasan gran parte del tiempo fuera de casa, lo cual significa que necesitamos encontrar otro espacio en el cual poder compartir de forma diaria un momento familiar.

Hoy en día no nos extrañan frases como:   “Mis hijos comen antes para nosotros comer tranquilos”.  Pero… ¿qué están perdiendo los más pequeños cuando no comen con el resto de la familia?

–          Se pierden los hábitos correctos de alimentación: comer en familia alrededor de la mesa, preparar y recoger la mesa, tener pequeñas responsabilidades a la hora de recoger la cocina…

–          Por otro lado el comer de forma apartada implica en muchas ocasiones elaborar un menú diferente para los hijos, con lo cual estamos deteriorando su relación con muchos alimentos y restringiendo su alimentación, a la par que le hacemos sentir diferente.

–          Comer en familia es un buen momento para fomentar la comunicación familiar: saber cómo le ha ido en el colegio, hablar de los planes para el fin de semana o preguntarle por sus amigos, es un momento perfecto para fomentar el vínculo.

En conclusión, si los más pequeños almuerzan en el comedor, podemos aprovechar el momento del desayuno y/o la cena para compartir en familia y fomentar una comunicación eficaz con vuestros hijos.

¿Y qué pasa con los desayunos para el recreo? ¿Qué les damos a nuestros hijos a media mañana? O lo que más me importa ¿cómo se lo damos? En muchas ocasiones se puede caer en el error de ofrecer como desayuno de recreo bollería, bocadillos con rellenos poco saludables,  gominolas, zumos azucarados… Son muchas las excusas que nos podemos decir a nosotros mismos para justificar estos hechos, como por ejemplo la falta de tiempo. Párate a pensar si realmente preparar un bocadillo a tu hijo o mandarle una fruta te implica mucho más tiempo que meter en su merendero una bollería, galletas, etc. Probablemente no es así.

Por otro lado nos encontramos con las situaciones en las cuales los recompensamos con ese desayuno “menos saludable” por “lograr algún objetivo”. Ante todo es primordial eliminar esta conducta puesto que estamos comenzado una asociación:

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Pero de qué ocurre con esta asociación y cómo se puede empezar a desarrollar desde pequeños hablaremos en otro post. Hasta entonces, recordad: Comer en familia y educar en casa en buenos hábitos es la base para la futura salud de vuestros hijos.

Cristina Andrades

“Disfruta de la vida, o al menos, come bien”

2 comentarios en “¿Dónde debe comenzar la instauración de hábitos saludables en los más pequeños?

  1. Muy acertado el post y quería decir que aunque yo intento llevar a cabo todas las pautas esto no me ayuda a la hora de que coman más variedad y prueben alimentos diferentes tal que así que mis hijos se pasan el día sin comer porquenn quieren lo que les.pongo ..y así vamos :'( estamos desesperados porque no conseguimos que la sitúacion mejore. Algún consejo aparte de todas estas pautas que ya hacemos más no ceder

    1. Hola Mariló,

      Gracias por tu comentario. La verdad es que lo hacemos más difícil de lo que es (es cierto que la sociedad no ayuda, ni la industria alimentaria /gobiernos/ tampoco…). Mi consejo es que el momento de la comida (y todo lo que lo rodea) sea un momento de distensión y disfrute y no lo contrario. Obligar a comer o ser tajantes/estrictos no es la mejor de las opciones. Los niños no siempre comen la misma cantidad, ni les apetece lo mismo cada día para desayunar. ¿Porqué tienen que desayunar siempre lo mismo? No es necesario, si no quieren. Te soirprenderá saber que los niños saben mucho más (y mejor) lo que necesitan (nutricionalmente hablando) que nosotros, incluidos lps profesionales sanitarios. Así que, siempre que en tu casa haya opciones de alimentos saludables donde poder elegir… déjales que sean ellos quienes elijan. Como dice mi colega Julio Basulto: «Un niño puede comer lo que quiera, cuando quiera y cuanto quiera, de entre una oferta de alimentos saludables».
      Suerte y sobre todo, disfruta!

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