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El lunes empiezo

El lunes empiezo, esa famosa frase que todos hemos dicho alguna vez, sea con lo que sea. En este caso: las dietas y el gimnasio. Ambos empiezan a funcionar el lunes. Ese día nos lo proponemos para empezar un cambio de hábitos. ¿Y por qué el lunes? ¿Qué tiene el lunes? ¿Lo entendemos como un comienzo? ¿O lo hacemos para darnos los últimos caprichos el fin de semana? Si es así… mal empezamos.

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Si hoy es jueves y decido cambiar algo, ¿por qué no empezar ya? ¿qué me impide esperar? El hecho de darme un plazo de 5 días para comenzar puede dar lugar a que, por un lado, aumente mi ingesta y empeoren mis hábitos aún más, y por otro, que pierda el nivel o grado de motivación que tenía cuando decidí cambiar. Si de verdad quieres cambios ¿por qué te das un tiempo?. Empieza ya. Aplícate el refrán “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Porque el mañana nunca llega… Cuando alguien quiere un cambio busca el CÓMO, y cuando no lo quiere, busca una EXCUSA, como dejarlo para el próximo lunes. Esto no es más que alargar esa vida que llevas y retrasar la ACCIÓN, el paso inicial que necesitas para comenzar una nueva etapa (etapa de cambios). Cambiar no es nada sencillo, y seguramente sea eso lo que te hace buscar «excusas» para no dar el paso. Salir de nuestra zona de confort nos asusta, nos da miedo, nos paraliza. Porque desconocemos lo que hay fuera: ¿cómo será? ¿sabré hacerlo? ¿me irá bien? ¿será fácil? ¿podré conseguirlo? Por lo tanto es fundamental que entiendas y averigües cuál es el motivo (el motivo real, el tuyo, no el de los demás) por el que te has planteado cambiar tus hábitos, porque esa será tu MOTIVACIÓN, y gracias a ella serás capaz de dar el primer paso y los siguientes hasta llegar a tu objetivo. Y esa Motivación debe ser lo más tuya (interna) posible, así como intensa y fuerte, lo suficiente para que dure en el tiempo y te permita ir avanzando paso a paso, a través de los desconocido, sin decaer y con las mismas ganas que el primer día. Por tanto, no sólo es importante conocer qué te mueve al cambio sino también regar esa semilla cada día, lo que hará que al final del camino llegue a ser el árbol que tú habías plantado. De lo contrario, llegará el lunes, y empezaremos con todas las ganas del mundo y querremos perderlo todo en una semana y ponernos fuertes en 15 días. Pero, siento decirte, que esto no funciona así. El cambio de hábitos no se cumplirá comiendo pollo y ensalada durante unas semanas hasta perder varios kilos y luego volviendo a comer como antes, y recuperar el “por un día no pasa nada”.

El cambio de hábitos comienza:

Cuando tienes una motivación por cambiar.

Cuando esa motivación es tuya.

Cuando estás dispuesto a salir de tu zona de confort.

Cuando das ese primer paso hacia la acción para el cambio.

Cuando pides ayuda si crees que la necesitas.

Cuando dejas de comer alimentos pocos saludables y basas tu alimentación en alimentos frescos, mayoritariamente de origen vegetal.

Cuando tus meriendas no son galletas, bollería o embutidos y eliges una pieza de fruta, frutos secos o alternativas diferentes y saludables.

Cuando entras en un centro comercial y buscas la escalera para subir, dejando a un lado al ascensor o la escalera mecánica.

Cuando cambias el licor digestivo o el cubata después del almuerzo por una infusión o un café.

Cuando vas en bicicleta o a pie al trabajo, y sólo utilizas el coche para casos necesarios.

Cuando no te premias con alimentos superfluos (chocolates, helados, alcohol, etc) tras un día duro, alegre o triste, como recompensa.

Cuando las patatas fritas o los snacks salados dejan de ser el tentempié de media mañana y se sustituyen por alimentos saludables.

Cuando, sobre todo, DISFRUTAS llevando a cabo estas acciones, y te sientes satisfecho/a contigo mismo/a.

Es entonces cuando se produce el verdadero cambio. Debes tener paciencia, pues no podemos pretender cambiar lo que llevamos haciendo muchos años (y hemos aprendido desde pequeños) en pocas semanas.

Si eres tú quien elige el estilo de vida que quieres llevar, estás motivado, decidido a cambiar, y actuas en consecuencia, dando pequeños pasos, te aseguro que logararás el verdadero cambio de hábitos. Y los lunes serán un día más de la semana en el que quizá aproveches para contar a tus compañeros de trabajo qué comidas nuevas has preparado o en qué lugar has estado haciendo senderismo el fin de semana, esas pequeñas cosas que determinan que tienes unos hábitos de vida saludables.

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