
Este fin de semana hemos estado con Nora, que pronto cumplirá tres años, en dos parques temáticos de la zona de Málaga. El sábado estuvimos en el primero y, precavidos, nos llevamos la comida preparada (o semi preparada, mejor dicho, porque lo llevábamos todo excepto el pan, que lo compramos antes de entrar). Así que, cuando nos pareció, buscamos un banco a la sombra, sacamos la barra de pan y el relleno y nos preparamos tres exquisitos bocadillos de tomate, lechuga, queso y salami. De postre, nuestra manzana (a Nora le encantan, bueno como casi toda la fruta), y unas pipas de calabaza por si nos apetecía un tentempié a media mañana. No sé si por lo bien que nos lo estábamos pasando o por el hambre, pero nos sentó de maravilla (hacía mucho tiempo que un bocata no me hacía tan feliz).
El segundo día no fuimos tan precavidos, de hecho sólo llevábamos las pipas de calabaza y unas cerezas. Como no habíamos madrugado mucho (los domingos y dormir en un hotel es lo que tienen), la hora de comer nos pilló inevitablemente dentro del parque (y eso que éste era más pequeñito), así que fuimos al restaurante. Lo que yo entiendo por restaurante no tiene mucho que ver con el sitio al que fuimos. Uno, cuando escucha “Restaurante” espera encontrar camareros que te atienden, una carta más o menos extensa, mesas preparadas… Pero no, era un sitio de comida rápida disfrazado: tenías que servirte en tu bandeja, llevarla a la mesa y luego recogerla (que no es que se me caigan los anillos por hacerlo, simplemente me gusta saber a lo que voy). A lo que iba, cuando nos disponíamos a decidir el menú, entre las opciones había un “Menú Saludable”. Allá que se fueron mis ojos rápidamente… De nuevo, un disfraz… Tras esa atractiva frase se escondía una simple ensalada acompañada de bebida (una refrescante imagen de un Nestea al lado) y postre (a elegir entre tarta, postres lácteos y macedonia de frutas en almíbar).
(La imagen no tiene los precios actualizados, y es de un primo hermano del parque al que fuimos)
Caemos en el error de asociar saludable con ensalada…. Señores, una ensalada así, simple, no tiene porqué ser saludable. Evidentemente mejor comer verdura que manteca de cerdo, pero como siempre digo, lo importante es la cantidad, la calidad y la frecuencia de consumo de los alimentos (dentro de una elección saludable). Comer pescado, legumbres o cereales integrales puede llegar a ser igual o más saludable que comerse una ensalada sólo de lechuga, tomate y cebolla. Al menos, más equilibrado nutricionalmente hablando. Por otro lado, se asocia saludable a hipocalórico, cuando no tienen nada que ver… De nuevo, las calorías pueden ser de muchos tipos… Podemos elegir una dieta de igual cantidad de calorías (hipo, normo o hipercalórica) a base de alimentos procesados (nada saludable) o a base de mayor proporción de alimentos de origen vegetal como legumbres, verduras, cereales integrales (mucho más saludable).
Finalmente no pedimos el menú saludable (cuyo precio era de 9,99 €)… Porque otras de las opciones (que no indicaban saludable en su publicidad) lo eran mucho más, por ejemplo el menú de ensalada o gazpacho de primero y pez espada con patatas y verduras cocidas de segundo (por un precio de 14,95€). Si lo comparamos con el menú “fastfood” de burguer o pizza con patatas fritas (por 12,95€), parece que no hay tanta diferencia en precio (otro mito derribado: “la comida sana es mucho más cara”).
Juzguen y reflexionen ustedes mismos. Y no se dejen engañar por la palabra “Saludable”. Les daré un truco: cuanto menos presuma un menú, alimento o producto de ser saludable, más lo será. ¿Han visto alguna vez en la etiqueta del salmón que es rico en omega 3? ¿O en las fresas que contienen alto contenido en vitamina C? Pues eso.
«Disfruta de la vida, o al menos, come bien»